Seguramente, ante el reciente anuncio de la prohibición de vender vehículos nuevos de gasolina y diésel a partir de 2035, te hayas comenzado a cuestionar cuál sería el camino que tomarán firmas como Ferrari, donde sus motores V8 o V12 de combustión son precisamente una de las señas de identidad de la marca y que en poco más de una década tendrán que dejar de vender. De hecho, nos llegamos a plantear si optarían por algún tipo de hibridación que les permita recorrer los primeros 100 kilómetros sin emitir CO2, algo que con la actual norma WLTP -recién introducida, recordemos- les permitiría al menos sobre el papel poder seguir comercializándose más allá de 2035, puesto que la prohibición de la UE dice que no podrán exceder los 0g/km, pero no prohíbe expresamente los motores térmicos.
Pues bien, no parece ser algo que le preocupe a la firma italiana: John Elkann, presidente y consejero delegado de Ferrari en la actualidad ha declarado recientemente que ven este cambio de tecnología como una oportunidad, e incluso se atreve a ir más allá, afirmando que este revulsivo les permitirá lograr fabricar productos más únicos y exclusivos. O lo que es lo mismo, que tal y como lo cuentan, podrán marcar una diferencia mayor respecto a otros fabricantes.
De hecho, habla de que «Vemos la normativa como bienvenida». Toda una sorpresa pero también una declaración de intenciones. ¿No crees?
La electrificación -parcial- no es nueva en Ferrari, ya que modelos como el SF90 Stradale o el 296 GTB cuentan con hibridación, sin embargo, no será hasta 2025 cuando se espera que llegue el primer eléctrico de la firma, y será entonces cuando podamos ver esas capacidades que parecen guardar bajo la manga.