De acuerdo al periódico galo Le Monde, Jaguar se ha volcado en la electrificación de su gama y por ello ha metido en el congelador el lanzamiento de nuevos modelos. Tal es así, que según apuntan, no lanzarán nuevos modelos hasta el año 2025.
¿Qué supone esto? Para empezar, paralizar 1.400 millones de dólares de inversiones en la plataforma MLA al considerar que la tecnología era anticuada y no iba a servir para cumplir los objetivos de emisiones de la UE a medio y largo plazo, lo que implica también la cancelación del J-PACE. También ha supuesto la cancelación del XJ, que estaba muy cerca de ver la luz.
En su lugar, invertirán 2.500 millones de libras en el desarrollo de vehículos eléctricos con el empleo de una nueva plataforma exclusiva de la firma. Pero la gama que conformará la nueva Jaguar será muy diferente, ya que sufrirá un reposicionamiento y los SUV/todoterrenos quedarán en manos de Land Rover, manteniendo únicamente Jaguar en su catálogo el sucesor del I-PACE. ¿Qué enfoque tendrá? Dejará de competir con marcas como Mercedes-Benz, BMW y Audi y en su lugar, pasará a competir con Bentley y Porsche, con modelos mucho más en la sintonía con las raíces de la firma que con los que veníamos viendo estos últimos años.
Este enfoque hacia segmentos de nicho supondrá un recorte de la producción que se estima del 25% para 2026, además de reducir su plantilla de 42.000 a 35.000 empleados, lo que supondrá una importante reducción de costes.
Mientras tanto, en el periplo de esta transición se reducirá la producción del catálogo actual mediante el recorte de motorizaciones y equipamientos que permitan tener una gama más sencilla.
