Así de sencillo es el plan de los dos grandes fabricantes, que en su alianza quieren apuntar lo más alto posible en el mercado y adaptarse lo mejor posible a través de unas necesidades que aunque cueste reconocer, son las que mandan.
El plan es sencillo: tanto Chrysler como Fiat quieren reducir el número de V8 fabricados, y está previsto que sea desde el 18% actual hasta el 11% de aquí al año 2014, poco más de 4 años. Y para compensarlo, la producción de los motores de 4 cilindros se duplicará del 19 al 38%.
Para completarlo, ambas marcas también quieren que el diésel coja un gran protagonismo, y que llegue hasta el 14% respecto al 9% actual, todo esto con una misma fecha. Así tendrán más ganancias, bajarán las emisiones y también se adaptarán más al mercado, dejando los V8 mayormente para modelos deportivos y berlinas de gran tamaño.
Vía: eGM