¿Te imaginas tener un coche eléctrico y que tu batería se dañe por la lluvia y el fabricante te pida 20.000 euros por su reparación? Algo así es lo que le ha pasado a un cliente de Tesla en Edimburgo, capital de Escocia.
Al parecer, un día que llovía mucho, el cliente fue a cenar con su mujer a un restaurante y cuando terminaron de cenar y volvieron a coger el coche, éste no funcionaba. Tras llamar a asistencia de la marca y tras esperar cinco horas, le recogieron el vehículo para llevárselo a un servicio Tesla de aquella ciudad y se pusieron manos a la obra para diagnosticar el problema. Días después, ya con el problema diagnosticado, llamaron al propietario para darle una noticia que le dejó estupefacto.
Aseguraban que había entrado agua en la batería y que para poder reparar la misma, debía abonar 17.374 libras (cerca de 20.000 euros al cambio). Y lo que es peor, la garantía (vigente) no lo cubría.
El propietario estuvo hablando con un gerente del servicio oficial y éste le comentó que habían encontrado agua en la batería y que esto se debía a la climatología escocesa durante esos días, no siendo culpa del cliente pero también le comentó la marca no tenía que hacerse cargo. El cliente ha llegado a comentar a medios locales que conduce desde hace 30 años y su Tesla era el coche más caro que había adquirido hasta la fecha, afirmando haberse arrepentido ahora de su compra por su servicio de atención al cliente tras lo sucedido.
Por su parte, Tesla ha afirmado haber registrado la queja y estar investigando lo sucedido. ¿Podría finalmente Tesla dar su brazo a torcer y reparar su vehículo en garantía?
