Pese a que la UE finalmente ha acordado postponer la entrada en vigor de la Euro 7, la ley que contempla la reducción progresiva de la media de emisiones CO2 de las flotas de los fabricantes sigue en vigor, lo cual les obliga a seguir teniendo que desarrollar e implementar sistemas anticontaminación o diferentes tipos de hibridación en sus vehículos que encarecen el precio final.
Esto supone que para el próximo año 2025, la UE exigirá a los fabricantes un 25% en la reducción de emisiones (respecto al año 2021) de sus flotas para los vehículos de pasajeros vendidos nuevos dentro del Viejo Continente.
En caso de no llegar a dichos objetivos, los fabricantes deberán abonar una multa de 95 euros para cada vehículo matriculado en la UE, multiplicado naulamente por cada gramo de CO2 que supere el límite fijado.
Esto, como te podrás imaginar, resulta muy controvertido entre algunos fabricantes europeos. En el caso de BMW, según afirman, han conseguido reducir en un 20% las emisiones de su flota por debajo del objetivo fijado para 2023 y que además están trabajando para lograr los objetivos de 2025.
Actualmente, el 15% de las ventas de BMW corresponden a modelos eléctricos, mientras que esperan que esa cifra aumente hasta el 20% en 2025. Y que no sea hasta 2030 cuando llegue al 50%.
Ahora, según Oliver Zipse, CEO de BMW «no se ha tenido en cuenta la decisión libre de millones de clientes», y aunque en su marca estén logrando los objetivos (así como en sus principales competidores premium europeos), consideran que esto va a ejercer una presión sobre la industria del automóvil europea al tener que incrementar los costes de sus vehículos para acabar repercutiéndolos en sus clientes.
Recordemos que la pasada semana, el CEO del Grupo Volkswagen, más conocido como Oliver Blume, ya comentó que para él no tiene sentido que la industria del automóvil tenga que pagar multas incluso cuando no se dan las condiciones para el aumento de las ventas de vehículos eléctricos, algo que también piensa el CEO del Grupo Renault, quien en una reciente carta abierta a la Unión Europea pide varias soluciones para reconsiderar el enfoque actual.