Stellantis podría subir sus precios… y recortar la producción de sus coches de combustión para así cumplir con los objetivos de emisiones

El próximo año 2025 entra en vigor la siguiente vuelta de tuerca de la normativa CAFE, donde a partir del 1 de Enero, la media de emisiones de la marca tendrá que ser de 95 g/km de CO2, y aquellas marcas que se pasen del objetivo establecido, tendrán que pagar 95 euros por cada gramo excedido.

Y ahora que ya estamos tan cerca de esa fecha, fabricantes como BMW o Renault a través de ACEA (Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles) pedían relajar el nuevo objetivo o al menos, retrasarlo para poder ganar tiempo. Pero dado que Stellantis optó por salirse, cuando la ACEA hizo esta petición, Carlos Tavares dijo que él se oponía a retrasarlo, pero estaba claro que es porque tenía un plan.

Stellantis a día de hoy tiene una gran parte de su gama con versiones eléctricas junto a las de combustión, pero además, compraron el 20% de Leapmotor que ahora están desembarcándola en su red comercial también con el objetivo de ayudar al cumplimiento de esas emisiones, al contar con una gama únicamente eléctrica y a precios muy interesantes. Recordemos que el brazo internacional de Leapmotor está controlado al 51% por Stellantis y el resto por la propia Leapmotor.

Stellantis podría subir sus precios... y recortar la producción de sus coches de combustión para así cumplir con los objetivos de emisiones

Sin embargo, y aún con todo, lo cierto es que las ventas de la gama eléctrica de Stellantis a día de hoy son prácticamente testimoniales en muchos países (como España). Y para cumplir con el objetivo de 2025, al menos el 24% de sus ventas deben corresponder a modelos 100% eléctricos, lo que supondría doblar su cuota actual.

¿Cuál es el siguiente paso entonces para alcanzar esa cuota de no conseguirla de forma orgánica? Reducir la producción de sus vehículos de combustión y subir los precios de los mismos, algo que haría a discreción en función del mercado, marca y modelo. También, incrementar los incentivos a los concesionarios, proporcionando recompensas a aquellos que logren los objetivos. Esto, unido a la guerra de precios que hay actualmente entre modelos eléctricos, podría también implicar una bajada de precios en sus modelos eléctricos, haciendo que en algunos casos alcancen la paridad.

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