España se perfila como la ubicación favorita para la fabricación europea del nuevo SUV eléctrico B10 de Leapmotor, según información reciente procedente de China. La alianza entre Stellantis y el fabricante chino Leapmotor contempla una inversión estimada de 180 millones de euros para establecer la producción de este modelo en la planta de Figueruelas, Zaragoza, con el inicio de la fabricación previsto para principios de 2026.
El B10, un SUV compacto de 4,51 metros de longitud, se presentó hace unos meses en el Salón del Automóvil de París 2024 y ha demostrado su potencial comercial en China, donde recibió más de 15.000 pedidos en su primera hora de comercialización. Este vehículo constituye el primer modelo de la nueva saga ‘B’ de Leapmotor y estrena la plataforma Leap 3.5 de la marca, posicionándose como competidor directo de modelos como el Volkswagen ID.4 o el Renault Scénic E-Tech.
Varios factores juegan a favor de España en esta decisión estratégica. Los costes laborales más bajos en comparación con otros países europeos como Alemania, las subvenciones gubernamentales disponibles y, especialmente, la postura neutral de España frente a los aranceles adicionales impuestos por la Comisión Europea a los coches eléctricos fabricados en China. Esta neutralidad contrasta con la posición de otros países como Polonia, que votaron a favor de estas tasas, lo que motivó al gobierno chino a solicitar a sus fabricantes que detuvieran grandes inversiones en dichos países.
Según informes de Reuters, Stellantis y Leapmotor están incrementando la adquisición de componentes a proveedores españoles para optar al nivel más alto de subvenciones gubernamentales. La planta de Figueruelas, que ya fabrica modelos como el Opel Corsa, el Peugeot 208 y el Lancia Ypsilon, vería reforzada su posición estratégica con este nuevo proyecto, especialmente tras la reciente asignación de la plataforma STLA Small del grupo.
En cuanto a sus especificaciones técnicas, el B10 llegará al mercado chino en abril con dos versiones mecánicas de 179 y 217 CV, equipado con diferentes tamaños de baterías que le proporcionan una autonomía de hasta 517 kilómetros según el ciclo WLTP. El vehículo incorporará tecnología avanzada como sensor LiDAR y un potente procesador Snapdragon 8295 para funciones de conducción autónoma.
La decisión final sobre la fabricación en España supondría un espaldarazo importante para la industria automovilística nacional, más aún considerando la futura construcción en la misma zona de una gigafactoría de baterías desarrollada conjuntamente por Stellantis y CATL, con capacidad para producir hasta 500.000 unidades anuales. Esta infraestructura podría abastecer tanto a los modelos eléctricos actuales como a las futuras generaciones de vehículos que se producirán en las plantas españolas de Stellantis.