Más allá del exorbitante precio de adquisición de 4-5 millones de euros, el Bugatti Bolide esconde un mundo de gastos que haría temblar incluso a los bolsillos más acaudalados. Este hipercoche de circuito, una joya mecánica limitada a solo 40 unidades en todo el planeta, no solo impresiona por sus prestaciones, sino también por lo que cuesta mantenerlo operativo. El magnate inmobiliario Manny Khoshbin, quien recientemente se unió al exclusivo club de propietarios, ha compartido detalles que te dejarán boquiabierto.
Imagina gastar 8.000 dólares en neumáticos (cerca de 7.000 euros) que apenas duran 60 kilómetros de uso en pista. Así es, cada vez que decides disfrutar de tu Bolide durante una hora en circuito, despídete de un juego completo de slicks Michelin. Y no es tan sencillo como llamar a tu taller de confianza para cambiarlos; estos neumáticos requieren un elaborado ritual: precalentamiento a 80 grados, seguido de un curioso proceso de montaje y desmontaje repetido tres veces para crear lo que Bugatti denomina un «patrón de tracción uniforme». Incluso si decides conservar tu joya intacta en un garaje climatizado, tendrás que reemplazar estos neumáticos cada cinco años, te guste o no.
¿Piensas que poner en marcha tu coche es tan sencillo como girar una llave? En el Bolide, arrancar su bestial motor W16 de 8.0 litros con cuatro turbos y 1.578 caballos se convierte en toda una ceremonia: primero hay que activar el interruptor principal, después girar el de ignición y finalmente presionar el botón de arranque en el volante tipo yugo.
La diversión continúa después de rodar en pista. A diferencia de cualquier otro vehículo, el Bolide no incluye ventiladores de refrigeración integrados. Esto significa que tras disfrutar de la adrenalina, debes convertirte en mecánico improvisado: desplegar ventiladores portátiles específicos y esperar pacientemente durante media hora mientras el colosal sistema de propulsión se enfría. Mientras tanto, puedes aprovechar para repostar su enorme depósito con combustible de competición de 110 octanos, otro gasto nada despreciable.
Como si todo esto fuera poco, varios componentes del vehículo tienen fecha de caducidad: cinturones de seguridad, materiales de acolchado, depósito de combustible y el extintor de incendios junto a su batería deben reemplazarse anualmente.
Para poner estos costes en perspectiva, el mantenimiento rutinario de un «simple» Bugatti Chiron ronda los 100.000 dólares (cerca de 88.000 euros) cada 15.000 kilómetros. Incluso algo tan básico como cambiar el aceite requiere desmontar ruedas traseras, frenos y guardabarros para acceder a los 16 tapones de drenaje, con un coste aproximado de 25.000 dólares (cerca de 22.000 euros). El Bolide lleva estos excesos a otro nivel, como puedes comprobar.
