No nos pillar de improvisto, mucho tiempo de rumores, fotos espía así como informaciones varias finalmente se plasman en el modelo oficial que acaba de presentar MINI. Sí, se trata del Cooper SD, que no va a pasar inadvertido para nadie, especialmente por la comparativa con su homónimo gasolina.
El Cooper SD tiene 2 litros y 143 CV a 4.000 RPM, que si los comparamos con los 184 CV del Cooper S gasolina, se quedan cortos, muy cortos. Su par máximo es de 305 Nm constantes entre las 1.750 y las 2.700 rpm. Va exclusivamente acoplado a una caja de cambios manual de 6 velocidades y sistema Start&Stop.
Prestacionalmente no resulta decepcionante, pero si lo volvemos a comparar con su equivalente gasolina las prestaciones saben a poco: realiza el 0-100 Km/h en 8 segundos y alcanza una velocidad máxima de 215 Km/h. Lo más interesante sin lugar a dudas es su ajustado consumo, de 4,3l/100 km.
Esta motorización está disponible para las tres carrocerías: tres puertas, Cabrio y Clubman. Estéticamente, los MINI dotados con éste propulsor son idénticos a los Cooper S, a excepción del emblema trasero que cambia.