Si es que cuando no hay confianza no se puede relajar nadie, ni fiarse de los que nos rodean. Pero cuando la desconfianza se cierne sobre los organismos oficiales, es que ya la cosa es grave. En China, el Comité del Partido Comunista ha tomado una clara decisión de controlar a sus políticos en el uso que dan a los coches oficiales. Se trata de evitar el uso de éstos coches para asuntos privados, según afirma en el China Daily el responsable de publicidad del Comité, Lu Jingtian.
Cuando se detecte un uso personal y no relacionado con el trabajo, los políticos acusados recibirán una advertencia la primera vez. Si el hecho vuelve a repetirse, recibirán una sanción que consiste en una acción disciplinaria administrativa o del partido.
Por si fuera poco, el control del uso del coche va más allá. Se detectará si el coche viola las normas de tráfico y saltará una alarma en las instalaciones de la Comisión de Inspección Disciplinaria del partido. Allí es donde se encargan de vigilar los vehículos.
La medida no tardará en llevarse a cabo, pues son ya 116 coches que incorporan el sistema de control y rastreo y 323 coches pendientes del «implante» hasta finales del presente mes de febrero.
Vía: portalautomotriz