Los hombres de un presidente como el de Estados Unidos lo tienen todo muy preparado y previsto. Aún así, puede haber detalles que se escapan y en ocasiones esos detalles son de lo más simples.
Durante la visita de Obama a Dublín, Irlanda, ha ocurrido una anécdota que encaja a la perfección con lo que digo más arriba. Durante su traslado en el Cadillac presidencial, se vió atrapado en la salida de la Embajada de Estados Unidos, debido al desnivel que hay. Los primeros coches pasaron sin problema alguno, pero un BMW Serie 7 que precedía al Cadillac rozó ligeramente los bajos.
El Cadillac de Obama, también conocido como «La Bestia», seguía al BMW y probablemente debido a su mayor peso, rozó y se quedó atrapado. Según describen los presentes, se escuchó un ruido fuerte, roce de metal con metal.
En un instante llegó un autobús para tapar la escena e impedir al público ver como se desarrollaba el «rescate». Según algunas fuentes, a medida que el Cadillac se alejaba momentos después, una pieza de metal descolgaba del coche.
Barack y Michelle Obama permanecieron en el interior del vehículo durante la operación. Se desconoce si habrá sanciones a los responsables de la seguridad del presidente, pero desde luego suena irónico que una «Bestia» de ocho toneladas que aparentemente es imposible de detener, se quede atrapada en una rampa.