O lo que es lo mismo, 2.3 millones de dólares; ese es el precio por el que se ha subastado el Ferrari 250 GT que perteneció a Steve McQueen, doblando el precio de lo que en un principio se esperaba.
Fabricado en el 1963, su anterior propietario, Michael Regalia, se encargó de restaurar por completo el cavallino rampante en color marrón-chocolate, y es que cada detalle, cada rincón del coche, ha sido limpiado y ajustado de nuevo, dando por resultado un deportivo que parece totalmente nuevo.
El precio estimado de tal belleza en un principio fue de menos de 1 millón de euros, pero el tiempo ha hecho doblar la cifra de manera considerable.
Vía: Autoblog en español