Muchos serán lo que quizás no hayan oído hablar nunca de un vehículo como el Ferrari 333SP, un coche de carreras único construido en 1994 para competir en el campeonato organizado por la IMSA a mediados de los 90, un modelo que, entre otras cosas, sirvió como base para el posterior desarrollo del Ferrari F50
Como es lógico, el modelo es totalmente funcional y, aunque finalmente no llegó a coronarse tal y como hubieran querido sus diseñadores si que puede dar más de un susto a unos cuantos rivales, no en vano estamos ante un modelo que tan sólo pesa 862kg y está equipado con un fantástico V12 capaz de desarrollar 650 caballos a 11.000 rpm.
Con semejante capacidad no es de extrañar que en su momento sorprendiera a propios y extraños gracias a datos como una aceleración de 0 a 100 km/h en 3.3 segundos, tiempo que aún hoy día es muy inferior al de muchos superdeportivos actuales. Sin más, te dejo con un vídeo donde comprobar de qué es capaz el modelo una vez pisa la pista.
Vía: gtspirit