Cuando hablamos de derrapes y drift siempre imaginamos coches deportivos potentes. Al menos, en la vida real, para tal práctica desearíamos tener al menos un coche con tracción trasera y motor delantero de mínimo 200 caballos, pues todo lo que tenga menos se considera que no tiene suficiente en estos tiempos. ¿Pero que tal si imaginamos un coche eléctrico de… 17 caballos, derrapando?
Bueno, para comprobar si es posible o no derrapar de forma controlada con un coche de estas características, los chicos de Autocar han realizado una prueba, usando para ello un Renault Twizy. Su motor eléctrico de pocos caballos genera además 70 Nm de par máximo y puede alcanzar una velocidad máxima de 75 km/h. Dicho de otra forma, no puede presumir de números.
De lo que se puede ver en el vídeo, hacen algo de «trampa», ya que el suelo esta mojado y eso facilita en cierta medida la tarea y dada la escasa velocidad del aparato y sus neumáticos estrechos, parece que va a cámara lenta al ponerse de lado.