Land Rover ha optado por poner al día el Freelander para poder seguir siendo competitivo en su segmento. Para ello, la marca británica ha optado por mantener intacta la gama de motores, sin embargo, sí que ha introducido algunos cambios en el equipamiento para mejorar su dotación y otros pequeños retoques en su exterior para mantener su diseño fresco.
Estéticamente, se actualizan tanto los pilotos delanteros como los traseros, incorporando ahora tecnología LED en ambos, y en el caso de los delanteros unos focos de xenon más avanzados. La calandra delantera también ha recibido algún retoque de menor importancia.
En su interior, los cambios cobran mucha más importancia, al recibir un salpicadero renovado que ahora preside una pantalla táctil de cinco pulgadas en la consola central. A través de la pantalla, además de hacer las funciones de navegador, también nos permite controlar otras muchas funciones del coche tales como la cámara de visión posterior, temperatura ambiente, nivel de combustible, el sistema de climatización programable, entre otros.
Land Rover también ha aprovechado la ocasión para implementar el arranque por botón, así como un freno de mano eléctrico con el que ya cuentan muchos de sus rivales, de forma que gracias a eso ahora puede contar con mayor espacio disponible entre consola y asientos.
