Hace ya mucho tiempo que se especulaba con la llegada de un superexótico de Lamborghini de cara al Salón del Automóvil de Ginebra, con la mirada puesta en el cincuenta aniversario de la marca. Con la apertura del salón suizo que se produce hoy, podemos decirlo alto y claro: el Lamborghini Veneno, ya está aquí.
Sin embargo, la aparició de este superexótico llega con unos tintes más bien descafeinados, ya que las especulaciones iniciales que situaban una posible versión de producción del Sesto Elemento, se han esfumado por completo. Estamos ante una versión muy limitada desarrollada sobre el actual Aventador, buscando la exclusividad plena y total en un máximo de tres unidades construidas.
El Lamborghini Veneno está desarrollado sobre el chasis del Aventador, reforzado en diversos puntos y ligeramente modificado para una potencia final de 750 caballos, a través de un 6.5 litros V12 atmosférico. Continúa siendo tracción total, conectada a una transmisión ISR de 7 velocidades. En combinación, el Veneno acelera de 0 a 100 kilómetros por hora en 2.8 segundos, consiguiendo una aceleración máxima de 335 km/h. Cifras similares a las de otros como el Porsche 918 Spyder o el McLaren P1, pero que a diferencia de éstos, se postula más bien como una unidad demasiado exclusiva.
Estéticamente, encontramos un kit aerodinámico bestial y de entradas de aire enormes. Una línea de diseño que va más allá de la de un coche de circuito, con una estética muy personal y que incluso en el capó muestra enormes inserciones para refrigerar el chasis, el sistema de frenado y más atrás, el motor.