Volvo ha presentado su tecnología i-ART, dentro de la familia de propulsores VEA (Volvo Engine Architecture) que será exclusivamente aplicable a los propulsores diésel de cuatro cilindros de su gama. Antes de entrar en aspectos más técnicos, te adelantamos que esta tecnología lo que permite es un ahorro en el combustible, además de unas emisiones inferiores, sin renunciar al refinamiento de un diésel moderno de common rail, eso sí, a cambio de una mayor carga tecnológica.
¿Y en qué consiste? en lugar de emplear un único sensor para inyectar combustible en todos los cilindros a través del raíl común (common rail, que por cierto, en este sistema trabaja hasta 2.500 bar), se opta por incluir su propio sensor a cada inyector de forma individual, junto con su propia válvula de paso. La información que va cosechando cada sensor de forma individual la va gestionando conjuntamente con el sistema i-ART y es éste el que gestiona si aumentar o reducir la presión. De esta forma, se obtiene como resultado que cada ciclo de combustión tenga la cantidad idónea de combustible inyectada.
Esta nueva generación de propulsores se producirá en la factoría de Skövde, pero no será la única novedad a nivel mecánico, porque también han anunciado la introducción en la gama de una transmisión automática de ocho velocidades, que Volvo asegura que destaca por su refinamiento y eficiencia. Si bien no conocemos más información respecto a esta transmisión automática.
Derek Crabb, vicepresidente de Powertrain Engineering en el grupo Volvo Car, ha querido dejar en todo momento patente el camino que piensan tomar ellos, al recalcar que estos propulsores tienen un mejor rendimiento que los actuales de seis cilindros, con un consumo inferior a los cuatro cilindros actuales de su gama.