Poco a poco y aunque a muchos nos moleste parece ser que vamos aceptando la idea de que en un futuro no muy lejano detalles como los motores, que serán más pequeños, el sonido de los mismos, será artificial, e incluso la conducción que será autónoma, cambiarán nuestra vida.
Todo esto, poco a poco, no lo están inculcando y seguramente empresas del potencial de BMW o Volvo por citar algunas e incluso la todopoderosa Google seguro que no quieren ver cómo sus enormes inversiones en el desarrollo de este tipo de tecnologías, finalmente no generan los beneficios esperados.
Esta es una de las causas de que este tipo de compañías vayan ??moviendo ficha? e intenten que cada día sean más los países que acepten por ley el hecho de que estos vehículos circulen por sus carreteras. Hay que reconocer que este tipo de tecnología todavía esté un poco lejana, quizás a unos 10 años o así.
Como es lógico, por el momento todavía hay muchas leyes que ??pulir? y desarrollar. Un ejemplo práctico es, en caso de accidente? ¿quién tiene la culpa? Hasta la fecha la culpa era de un conductor en concreto e incluso de varios podríamos atrevernos a decir, pero hay alguien definido. El problema lo tenemos en el conductor de vehículo o afinando un poco más, en el hecho de que el vehículo no lo tiene. ¿Es la culpa de la compañía? ¿De la empresa que ha desarrollado el software quizás?
Para contestar esta pregunta y por muy lamentable que parezca tenemos a una enorme cantidad de compañías que apuesta por el mercado chino para comenzar a comercializar sus vehículos debido precisamente a que en este país, a día de hoy, es una de las pocas sociedades que no están repletas de abogados además de que hay menos barreras para la aceptación de esta clase de vehículos.
Vía: motorauthority
