A finales del pasado mes de mayo hablamos una vez más del BMW X7, un coche que aún está en desarrollo y del cual aún no estamos seguros de si llegará o no a producción. Un coche que, a pesar de no existir en la actualidad, es ya un motivo de preocupación para todos aquellos que piensan en ese hipotético SUV por parte de Rolls-Royce, que aún no ha terminado de recibir luz verde en la casa británica.
Las informaciones hablan alto y claro: la vida del SUV de Rolls-Royce dependerá del éxito que tenga el BMW X7, e incluso yendo más allá, de si el X7 recibe al final el visto bueno para pasar a la fase de desarrollo. Un destino algo incierto para un coche que sería tremendamente exclusivo.
Claro está que el SUV de Rolls-Royce no va a pasar más allá de bocetos en papel hasta que BMW vea las primeras cifras tanto del Bentley Falcon y del Maserati Levante, y para todo esto… tiene que pasar aún tiempo. Mucho tiempo. Al menos, el suficiente para que el BMW X7 llegue al mercado y los principales rivales del de la firma británica, consigan captar un número concreto de clientes.
Sea como sea, Rolls-Royce dotaría a su SUV de un propulsor V8 Twin Turbo, en lugar del deseado doce cilindros. Sería una buena ocasión para lanzar un tremendo SUV en cuanto a confort y calidad premium, tremendamente rápido y cómodo pero portando un peso neto contenido, y unas emisiones contaminantes y consumo de carburante reducido.