Uno de los modelos que faltaban para completar la gama del Mazda3 era la variante SportSedán, que no es más que la variante con tres volúmenes derivada del hatchback, empleando las líneas de diseño exteriores ‘KODO’ y que muestra una estética muy agraciada, algo que no siempre es habitual cuando a un modelo compacto lo transforman en un sedán.
Así mismo, Mazda ha aprovechado la llegada de esta variante para hablarnos más en profundidad sobre las características técnicas de sus propulsores. Y es uno de los aspectos más interesantes, por ser uno de los pocos fabricantes a día de hoy que siguen apostando por propulsores atmosféricos en la gama de motores, en lugar de los propulsores turboalimentados. En parte por tendencias de mercado, en parte porque a los fabricantes les resulta a día de hoy más fácil cumplir con las normativas de emisiones con propulsores turboalimentados, pese a todo, Mazda ha querido navegar contra-corriente.
Sin embargo, podemos decir que Mazda ha sabido jugar bien sus cartas, porque respecto a sus principales rivales equipados con turbo, estos propulsores no tienen nada que envidiar en lo que a consumos homologados se refiere (a falta de poder conocer mejor sus prestaciones).
Tres gasolina atmosféricos, uno diésel
La gama gasolina está formada por tres propulsores, dos de ellos el mismo propulsor pero con dos escalones de potencia. Concretamente, se trata del SkyActiv-G de 1,5 litros, con 100 CV de potencia a 6.000 RPM con 150 Nm de par a 4.000 RPM, que cumple con la normativa de emisiones Euro 5 y que va exclusivamente acoplado a un cambio manual de 6 velocidades con una media homologada de 5,0l/100 km y 118 g/km.
Por su parte, el SkyActiv-G de 2 litros, está disponible en una variante de 120 CV a 6.000 RPM con un consumo medio homologado de 5,1l/100 km, mientras que hay disponible otra variante de 165 CV a 6.000 RPM con un consumo medio homologado de 5,6l/100 km. Hay que destacar, además, que este último, puede asociarse al sistema de frenada regenerativa i-ELOOP de Mazda. En ambos casos, también cumplen la normativa de emisiones Euro 5.
Por su parte, el propulsor diésel SkyActiv-D de 2.2 litros ofrece una relación de compresión 14:1 -bastante baja, por cierto-, emplea un turbocompresor de doble geometría secuencial y eroga 150 CV a 4500 RPM con un par de 380 nM A 1800 vueltas, con un consumo medio homologado de 3,9l/100 km y 104 g/km en asociación al cambio manual y 4,8l/100 km y 127 g/km en asociación al cambio automático de seis velocidades, cumpliendo además con la normativa de contaminación Euro 6 (y no necesita AdBlue ni este tipo de soluciones típicas en diésel a fin de poder cumplir la Euro6).