Opel ha anunciado el lanzamiento de una llamada a revisión para algunas unidades afectadas del Insignia. Un defecto que únicamente compromete al apartado mecánico y a su fiabilidad, que puede verse comprometida y desembocar en averías de importancia en caso de no subsanarse.
Los modelos afectados son Insignia fabricados entre los años 2009 y 2012 y que equipan el propulsor 2.0 CDTI. El problema radica en la electrónica que gestiona los parámetros del motor, que debido a un problema en su calibración podría mermar el rendmimiento del propulsor y provocar graves daños en el motor, por una gestión incorrecta.
Hasta la fecha se han registrado 41 casos de este error. A priori, Opel debería ponerse en contacto con todos aquellos propietarios de unidades afectadas para concertar una cita con su taller más próximo y realizar sin coste alguno para el cliente una actualización de la centralita a la última versión de software que solventa el problema. Según la firma, el citado procedimiento no lleva más de media hora.