El Salón de Shanghai está a la vuelta de la esquina, y fabricnates y preparadores se afanan en ultimar sus creaciones pensando en mercados tan importantes como el chino o el árabe. Es por ello que podemos ver, en ocasiones, aunténticas incongruencias sobre mastodontes de alta gama difícilmente digeribles.
Hoy nos toca hablar del preparador alemán Startech, que ha elegido el lujoso Range Rover como base para transformarlo en nada menos que una pick-up. Sí, como sabes, este modelo de fábrica no tiene configuración de pick-up, pero ellos han querido solucionarlo modificando la zaga, con un resultado ciertamente desastroso para la vista -más allá de la utilidad que pueda tener para algunos en esta configuración-
Conversión a pick-up: La polémica está servida
Para empezar, se ha optado por un color de carrocería rojo, acompañando a unas llantas forjadas de gran tamaño (23 pulgadas, para más señas). Su habitáculo, por su parte, incorpora unos asientos tapizados en alcántara con bordado de rombos y pespuntes en rojo, además de un techo panorámico de grandes dimensiones e inserciones en fibra de carbono.
Dado el target de cliente que va a tener, es obvio que para esta preparación no han optado por una motorización de acceso a la gama, sino todo lo contrario. Concretamente, está dotado del V8 de 5 litros con una potencia de 526 CV, que le permite realizar el 0-100 km/h en 5,3 segundos y una velocidad máxima limitada electrónicamente de 250 km/h.
Pero sin dudas, lo más impactante es la transformación de su zaga en una caja de pick-up, con una longitud de 1,1 metros con ella cerrada por la puerta posterior. Todo ello, manteniendo las cuatro puertas. Desde Startech aseguran que se han mantenido las armoniosas líneas del SUV, pero francamente, viendo las imágenes, podríamos decir que con esta declaración están intentando poco menos que vendernos la moto.