Aunque debido a que en las grandes ciudades cada vez se están popularizando más las cámaras instaladas en los semáforos que realizan fotos automáticamente a aquellos vehículos que lo rebasan estando el semáforo en rojo, para posteriormente enviarles la receta correspondiente a casa y en consecuencia, reducir considerablemente la tasa de aquellos que optan por apurar los semáforos o incluso saltárselos, sigue siendo un problema latente.
Pero ahora imagínate la siguiente situación: vas circulando correctamente por tu carril, llegas a una intersección en la que tú tienes el semáforo en verde, y de pronto te viene un coche por el carril y en el punto donde se cruza la intersección, casi sin poder evitarlo, impactas con él.
Para colmo, llega la policía poco después y el conductor contra el que has tenido el accidente afirma que tú eres el que te has saltado el semáforo en rojo, cuando no es así. Es en ese momento cuando una cámara a bordo (también conocida como las dashcam) puede salvarte el pellejo. Esto que te estoy contando es exactamente la historia que le ha pasado al propietario del Honda S2000 del vídeo.
Gracias a contar con una dashcam instalada en su vehículo, cuando la parte contraria en el lugar del accidente afirmó que era el del S2000 quien se había saltado el semáforo, pudo mostrarle el vídeo al agente donde se veía claramente que el semáforo suyo estaba en verde. Esto permitió que se esclareciera rápidamente el culpable, aunque eso no quita los 7.000 euros en daños recibidos en su pequeño roadster.
Pero ahora imagínate… ¿qué hubiera pasado de no llevar la dashcam instalada y no haber testigos de por medio? Todo el proceso podría volverse mucho más complejo…