Aunque características como el modo ‘Autopilot‘ del Tesla Model S hayan demostrado ser una medida eficaz para reducir accidentes de tráfico, evidentemente, si no está activada y se realiza una conducción negligente, la exposición a los accidentes es la misma que en cualquier otro coche que no está dotado de dicha tecnología. Y esto viene a ser lo que sucedió a una unidad en Pullach (Alemania).
La persona encargada de conducir en la historia de hoy era una jovencita de 18 años, que cogió prestado el Tesla Model S de su padre y circulaba con cuatro amigas a bordo. Hubo un cruce entre el factor velocidad excesiva y una curva cerrada para que catapultara al Model S fuera de la vía, volando nada menos que 25 metros y caer finalmente en un campo de cultivo que se encontraba cerca de la carretera.
Tanto por los datos (¡25 metros de vuelo!), como por el estado de la unidad que se aprecia en las imágenes, sería lógico pensar que no todos los ocupantes han salido por su propio pie, pero afortunadamente así fue. Aunque posteriormente tuvieron que acudir al hospital para curar pequeñas heridas y lesiones, pero sorprendentemente nada grave.
Pese a lo aparatoso del accidente, el habitáculo ha quedado en un estado más que bueno (y es lo único que importa en caso de una colisión, para proteger a los ocupantes): ninguno de los pilares muestra a priori signos de deformación, y además, en este caso, resulta aún más seguro que un vehículo convencional con motor de combustión, puesto que todos los elementos mecánicos adheridos en su vano motor corren el riesgo de poder introducirse o deformar el habitáculo.
Eso sí, los daños del Model S son de una gravedad bastante acusada, así que mucho nos tememos que el padre de la criatura tendrá que optar por otra unidad nueva…