Ya te lo adelantamos hace algunos días en forma de una serie de imágenes filtradas y ahora ya es oficial: el Citroën C5 Aircross, el último SUV de la firma gala que se ha presentado en el Salón de Shanghái y el cual no recibiremos en el viejo continente hasta mediados del próximo año 2018. Y también, como te comentamos, se confirma que será el que le clave la estaca al C5 para reemplazarlo sin un sustituto directo (al menos, en lo que se refiere a concepto).
Un aspecto joven y atrevido
Con una longitud de 4,5 metros, 1,84 metros de altura y 1,67 metros de anchura, el C5 Aircross entra a rivalizar con modelos como el SEAT Ateca, Nissan Qashqai o Hyundai Tucson, complementando de esta forma en la ofensiva SUV al C3 Aircross (cuya fabricación se realizará en la planta de Figueruelas) que sí que llegará este año y que en este caso tiene en el punto de mira a modelos como el Renault Captur.
Adopta soluciones como los airbumps laterales, pero en este caso pierden protagonismo respecto al C4 Cactus y pasan a estar únicamente en la zona inferior de las puertas. También podemos ver cómo se apuesta por soluciones como ampliar la parte acristalada en la zona posterior, logrando de esta forma también lo que conocemos como ‘techo flotante’, aderezado claro está por unos pilares de color negro para ir a juego.
Su frontal se muestra con un aspecto robusto y con un voladizo más bien ajustado, contando con unas ópticas full LED delanteras divididas en dos, mientras que por su parte, en la zaga, los pilotos traseros cuentan con un efecto 3D para lograr un aspecto más moderno.
Una habitabilidad y espacio interior de primera categoría
Citroën hace especial hincapié en su habitabilidad y espacio interior. En el caso de los asientos traseros, encontramos 20 centímetros de espacio para las piernas, mientras que de distancia del asiento al techo hay 95,4 centímetros. Su maletero cuenta con una capacidad de 482 litros, pudiendo plegar los asientos traseros de forma automática desde el maletero (divididos en 1/3 y 2/3).
Hay capacidad para cinco ocupantes y en él, el protagonista es el cuadro de instrumentos digital con pantalla de 12,3 pulgadas, que a su vez, se complementa con una pantalla centrla táctil de menor tamaño (8 pulgadas), en la que podremos hacer uso del sistema Mirror Screen o Apple CarPlay, así como de la navegación 3D a través del Connect Nav de Citroën. Los asientos delanteros podrán tener un sistema de masaje y contar con calefacción, además de poder estar tapizados en cuero Nappa, así como parte del salpicadero y paneles de puerta.
Su gama de motores será muy similar a la que hemos visto en el Peugeot 3008, con opciones gasolina cuyas potencias rondarán la horquilla de los 165 y 200 CV con caja automática EAT6 para el mercado asiático, en nuestro caso particular, sumarán motores diésel y casi con toda probabilidad, cambio manual. En 2019, además, llegará una versión híbrida enchufable de tracción total (también conocida como Plug-In Hybrid PHEV e-AWD) con una potencia que oscilará los 300 CV extraídos de un motor térmico de 200 CV y dos motores eléctricos, uno delante y otro detrás. Contará con varios modos de conducción: uno híbrido, otro 100% eléctrico (con hasta 60 kilómetros de autonomía), combinado y 4×4. La batería puede recargarse conectándola a la red eléctrica o en las deceleraciones.
Amplio surtido de asistentes a la conducción
Su catálogo de asistentes enfocados a la conducción también será amplio, pudiendo equipar aviso de cambio involuntario de carril, visión cenital a través de varias cámaras, frenada activa, sistema de ángulo muerto, regulador de velocidad activo con frenada automática, además de los sistemas de control de descensos y Grip Control con cinco modos de funcionamiento:estándar, arena, todocamino, nieve y ESP OFF.
Además, estará dotado de la suspensión con amortiguadores progresivos hidráulicos (Progressive Hydraulic CushionsTM), que es la sustituta de la suspensión hidroactiva y de la que ahondaremos algo más en profundidad en otro artículo aparte.
Citroën C5 Aircross
