Desde que se desató el escándalo de emisiones de Volkswagen, hemos asistido a una propagación de acusaciones por parte de gobiernos a diversos fabricantes referente a la manipulación de emisiones. Hoy le toca al grupo Fiat Chrysler Automobiles (FCA), quien se enfrenta a una posible multa de 4.630 millones de dólares ya que la Agencia para la protección ambiental americana (EPA) le acusa de haber manipulado las emisiones de sus vehículos diésel comercializados allí. Sí, esa misma agencia que destapó el caso dieselgate.
La EPA acusa a FCA de haber manipulado el software de 104.000 vehículos que afectaría a los modelos Dodge RAM 1500 y Jeep Grand Cherokee con motores de tres litros producidos entre 2014 y 2016, basándose en que cuentan con software que altera las emisiones en determinadas situaciones que estaría gestionado por una serie de dispositivos auxiliares que no se han desvelado, algo que es legal si se hace para proteger el motor en casos concretos y siempre que se notifique a los organismos pertinentes. Esto ha ocasionado que FCA tenga que suspender su cotización tanto en la bolsa de Nueva York como en la bolsa de Milán, debido a que la cotización de las acciones en ambos han bajado del 16%.
Pero eso no sería el mayor varapalo que sufriría el grupo, ya que de demostrarse finalmente la acusación en la que se encuentra investigando la EPA conjuntamente con la Junta de Recursos del Aire de California (CARB), se expondrían a una multa de 4.630 millones de dólares, correspondientes a 44.539 dólares por cada unidad. FCA, por su parte, ha afirmado que ellos respetan la ley y que colaborarán con la administración Trump para demostrarles a ellos, clientes y agencia EPA que sus vehículos diésel cumplen con la normativa.
No parece en cualquier caso, que esta investigación vaya a extenderse a Europa, donde sí que se comercializa uno de los dos modelos afectados allí (Jeep Grand Cherokee), ya que en Europa no se rigen por el mismo organismo de control y normativas por las que se rigen en Estados Unidos, donde tienen unas legislaciones más estrictas en esta materia.
En las próximas semanas deberíamos conocer si finalmente se trata de una falsa alarma o si realmente estamos ante otro escándalo, aunque de una magnitud muy inferior a la de Volkswagen por número de unidades.
Pues a apechugar les toca.
Mientras VW sigue sin indemnizar a los compradores de los vehículos trucados en España.
Así nos va….
Se está peleando en los juzgados por parte de varios grupos de afectados, veremos finalmente en qué queda todo esto.