Tesla no sólo ha revolucionado el mercado de los eléctricos con sus modelos o algunas de las patentes que pusieron a disposición de otros fabricantes para acelerar el desarrollo de dicha tecnología entre la industria, sino que también desde hace años ha pretendido ir más allá cambiando algunos de los estándares comunes de distribución de vehículos establecidos en la industria.
La última introducción de Elon Musk para la firma e coches eléctricos pasa por la de lograr una mayor intervención en el mercado de segunda mano de los vehículos de su marca. Para ello, pretenden lograrlo montando una tienda de coches de ocasión certificados por la marca y que recibe el nombre de «Tesla Pre-Owned«. Existen otros fabricantes premium que ya ofrecen programas similares, por lo que no se trata de algo ni mucho menos novedoso ni rompedor, pero en este caso la finalidad es bien distinta: establecer cierta intervención sobre el mercado usado de sus vehículos.
Este servicio de momento disponible en las ciudades de Atlanta, Nueva York, Chicago, San Francisco, Los Ángeles, Denver, Cleveland, Seattle, Washington. A través de la web, podemos ver como están disponibles todas las unidades del Model S, tales como los 60, 85, P85 además del P85, con diferentes colores de carrocería y con un kilometraje medio inferior e los 20.000 km.
¿Pero… por qué han hecho esto?
Al superar la demanda a la producción, existiendo en la actualidad amplias listas de espera para hacerte con un Model S nuevo, ha dado como resultado que los precios en el mercado de segunda mano de particulares se hayan incrementado de forma considerable, superando incluso a su precio de nuevos. Y como ha sucedido en numerosas ocasiones con superdeportivos de tirada limitada, ha emergido un grupo de compradores que con tal de saltarse las listas de espera, prefieren comprarlo usado a hacerlo nuevo.
Ahí es cuando entra Tesla Motors en juego, la cual se hace con un parque de unidades de los Model S (desconocemos si porque los entregan a la marca o son ellos mismos los que acceden al mercado de particulares a hacerse con unidades) para posteriormente inspeccionarlos de arriba a abajo, controlando también el estado de la batería y posteriormente comercializarlos con una garantía de cuatro años o 50.000 millas además de la asistencia en carretera 24 horas al día. Aquellos futuros clientes no se encontrarán precios en las unidades que rompan en el mercado, pero sí que tendrán la tranquilidad y confianza de haber sido certificado su estado por la propia marca y contar con el respaldo a nivel de garantía de Tesla en caso de que haya cualquier problema.
No parece, en esta ocasión, un modelo de negocio realmente rentable para Tesla, quedando bastante patente que se trata de una maniobra en la que se pretenda satisfacer a sus futuros clientes, para evitar así que haya más especulación en el mercado de usados o que muchos clientes cansados de esperar se acaben yendo a otra marca. Aunque en este caso, a diferencia de otros fabricantes, ellos juegan con la baza de que no hay otro modelo en el mercado de características técnicas parecidas.