La tracción delantera ha llegado a BMW para quedarse. El último en incorporarse ha sido el BMW Serie 1 con el uso de la plataforma UKL -ya introducida en 2014-, un modelo que tradicionalmente había sido de propulsión trasera. Y esto ha generado mucha controversia entre los fanáticos de la marca, si bien en cualquier caso este movimiento ha sido el que ha garantizado la viabilidad del modelo.
Pero… ¿qué otros efectos colaterales ha tenido esta transición a esta arquitectura en más modelos de la gama? A tenor de las palabras del director de Alpina, Andreas Bovensiepen en una entrevista a Motoring, Alpina es otro de los efectos colaterales.
Según han desvelado, de momento no tienen ningún interés en trabajar sobre modelos de tracción delantera de BMW. La razón es que sus costes de desarrollo son muy altos, y están todavía creciendo más debido a las nuevas normativas de emisiones. Es por ello que de momento se van a mantener en los motores longitudinales y la caja ZF. Los modelos de tracción delantera complican y encarecen más el desarrollo, ya que estos no tienen una caja de ZF, sino de los japoneses Aisin, lo que implica tener que trabajar con un nuevo suministrador de cajas de cambio, unido a que juegan en el segmento más barato de la compañía, da como resultado que sea muy complicado ganar dinero en esta categoría.
En cualquier caso y teniendo en cuenta que es una compañía enfocada a un nicho muy concreto, es totalmente comprensible que hayan optado por tomar una decisión así en pos de la viabilidad económica de la misma, al centrarse en modelos más caros y con mucho más margen de beneficio.