A Alpina no parece importarle los escándalos acontecidos en torno a la órbita del diésel y la pérdida de imagen y popularidad que ha supuesto entre el gran público, incluyendo también una merma paulatina de sus ventas, acrecentada todavía más por las restricciones que puedan imponer algunas ciudades al respecto.
Este fabricante -o preparador, según quieras catalogarlo- cuenta en su catálogo con modelos recientes como el Alpina D3, D5 o XD3 a los que han logrado sacarle un plus de potencia muy interesante frente a los modelos de serie de BMW sobre los que se basan. De hecho, si nos paramos a analizarlos, algunos de los modelos más recientes e importantes de Alpina han contado únicamente con motor diésel.
El propio propietario de Alpina, Andreas Bovensiepen, ha salido al paso a defender a la tecnología diésel, asegurando que con los avances actuales que ha logrado BMW en diésel al contar con catalizadores junto con AdBlue demuestra en los numerosos tests que sus emisiones de NOx son realmente bajas, incluso con la nueva normativa de emisiones que se acerca mucho más a las condiciones de uso reales.
Es por ello que Andreas confía en que con estas tecnologías, el diésel todavía tiene un largo recorrido por delante, especialmente en modelos de dos o más litros de capacidad.
La estrategia de Alpina respecto a la electrificación también parece clara: mientras que BMW apuesta cada vez más por modelos híbridos asociados a motores de cuatro cilindros, desde Alpina esto todavía lo ven muy en la lejanía: de momento creen que su clientela habitual prefiere ver bajo el capó un seis cilindros cargado de potencia antes que un motor con menos cilindros.
Conclusión: de momento en Alpina parece que seguirán la senda actual en materia de motores sin desviarse mucho de este camino, por lo menos, durante los próximos años.