Renault está consiguiendo un éxito considerable y muy palpable del crossover por excelencia de la marca, bautizado como Kadjar y que como seguramente sabrás, está basado en el Nissan Qashqai de actual generación. Un crossover situado un escalón por debajo del Koleos y por encima del Captur, con ciertas aptitudes off-road y desde luego con un estatus y una posición que no tiene mucho que envidiar a otros crossovers premium europeos, como por ejemplo y sin ir más lejos, el Audi Q5. Ahora bien, ¿y si en la marca francesa estuviesen pensando en un giro más deportivo, más radical?
Durante este año hemos conocido los planes que tienen en Nissan para convertir el futuro del Z en el de un crossover deportivo de altas prestaciones, dejando muy atrás la filosofía del 370Z actual. Suena quizás esperpéntico a primera vista, pero no nos cerremos en banda porque detrás de esta idea, hay un proyecto muy interesante y que aún lejos de verlo materializado en la casa japonesa, Renault y Alpine harán realidad esta idea pero eso sí, no tan a gran escala. Porque las informaciones que llegan esta semana hablan claro, y apuntan a que el primer modelo que la submarca de altas prestaciones de Renault lanzará al mercado no será el roadster deportivo del que tanto hemos hablado, sino más bien un coche muy diferente. Será un crossover híbrido, el cual contará con tracción total como estándar y ojo, se centrará en las capacidades dinámicas y deportivas del mismo, más que en las aptitudes off-road. ¿Qué te parece?
Un mercado con más posibilidades
No podemos negar que la idea de un coupé o roadster de Alpine suena estupendo y como rival cercano y directo de otros coupés deportivos de alta categoría como el Alfa Romeo 4C será perfecto, pero como objetivo de captación de ventas y publicidad de la marca, no será el mejor producto con el que cuenten. El crossover que Alpine comercializará a lo largo de estos próximos años llegará a un público mayor y tanto por configuración como por enfoque final, será la catapulta de ventas perfecta para ganar clientes y comenzar a elevar la reputación de la marca.
Para conseguir un buen proyecto, Renault comercializará el crossover de Alpine con una configuración de híbrido, uniendo un motor de combustión interna a al menos uno o dos motores eléctricos que impulsarán el eje delantero y el trasero, respectivamente. De esta manera, Renault dotará al Alpine con tracción total como estándar aprovechando la energía de los motores eléctricos. Yendo más allá, en conjunto la potencia será lo suficientemente alta como para captar cualidades deportivas muy interesantes, y situarlo como todo un escalón previo y anticipo directo de lo que será el sucesor del 370Z, que sí será mucho más radical y abrupto. En el caso del Alpine, el chasis del que partirá será con casi total seguridad el que mueve tanto el Qashqai como el Kadjar.