Bugatti ha desvelado finalmente el sucesor del Chiron y del que tan sólo se fabricarán 250 unidades. Bajo el nombre de Tourbillion, cuenta con un total de 1800 caballos y un sistema híbrido enchufable. Así que de momento no lo han apostado todo por la electrificación tras los resultados comerciales cosechados en Rimac (que recordemos, tomó el control de Bugatti en 2021).
El motor térmico cuenta con 16 cilindros en V a 90 grados y 8,3 litros de cilindrada, con 1000 CV de potencia. Pero lo más interesante es que ahora ya no cuenta con cuatro turbocompresores, sino que se trata de un motor atmosférico.
Esta decisión se debe a que la potencia adicional y la mejora en la respuesta del vehículo son proporcionadas por los motores eléctricos. En total, hay tres motores eléctricos, de los cuales dos se encuentran en el eje delantero y otro en el eje trasero, cada uno con una potencia de 340 CV, dando una potencia conjunta de 800 CV. Están alimentados por una batería con una capacidad de 25 kWh, suficientes para poder mover al conjunto durante unos 60 kilómetros.
El conjunto está comandado por una caja de cambios de doble embrague y ocho relaciones. Aún con todo, el peso es inferior al del Chiron, ya que aunque el conjunto eléctrico pesa 300 kg, también es cierto que al haber prescindido de los cuatro turbocompresores unido a los brazos de suspensión impresos en 3D, se ha logrado contrarrestar para lograr ese equilibrio en el salto generacional.
De acuerdo a la información oficial de Bugatti, el Tourbillon es 0,4 segundos más rápido en el 0-100 km/h que el Chiron, completándolo en menos de 2 segundos, mientras que el 0-200 km/h lo hace en menos de 5 y el 0-300 km/h en menos de 10. Aún más espectacular es que para alcanzar los 400 km/h desde parado necesita menos de 25 segundos. Eso sí, el Rimac Nevera sigue contando con ventaja, ya que para la misma operación necesita de 21,3 segundos.
Pero no es lo único que nos ha resultado tremendamente llamativo en él. En su interior, en lugar de apostar por una instrumentación completamente digital como viene siendo habitual, se apuesta por una instrumentación de agujas que además deja de ver parcialmente los engranajes tras ella y en la que relojeros suizos han participado en su desarrollo.
La pieza de titanio del cuadro pesa solo 0,68 kilogramos y contiene más de 600 partes y piedras preciosas, como rubíes y zafiros. La estructura se construye con tolerancias de 5 a 50 micrones, o 0.0002 a 0.002 pulgadas, y la parte trasera es igual de delicada, con un soporte que sostiene la pantalla central.
El dial central tiene el velocímetro y el indicador de rpm, con una pequeña pantalla digital en la parte inferior para la velocidad y la selección de marcha. Los dos diales se mueven como las manecillas de un reloj. A la izquierda están los indicadores de temperatura, combustible y batería. El dial derecho contiene el indicador de potencia para el motor híbrido V-16 de 8.3 litros y 1,800 caballos de fuerza del coche.
El resultado es que en unos años este cuadro no se verá obsoleto porque haya sido superado por modelos con pantallas más tecnológicas y de mayor resolución, lo cual para un coche así nos parece todo un acierto.