Durante esta semana hemos podido confirmar de buena mano los planes que Aston Martin tiene pensados de cara a los próximos años. Y es que lejos de lo que pudiéramos ver y concebir en torno a la marca inglesa durante todas estas décadas pasadas, Aston Martin plantea un nuevo escenario, con nuevos objetivos, y sobre todo, enfocado a un público mucho más amplio de lo que estábamos acostumbrados a ver.
La marca inglesa nos tiene acostumbrados a modelos con personalidad, propios para un mercado de escaso volumen pero con una alta importancia, y en general, proyectos limitados… un escenario que cambiará radicalmente tanto con la incorporación del DBX, como con la puesta en escena del nuevo deportivo de altas prestaciones de motor central-trasero, del que ya te hablamos ayer, y que se sitúa como el modelo que más expectación generará entre los más puristas. Más incluso, que el propio Valkyrie.
Y es que si hasta hace bien poco el Valkyrie era el que más portadas ocupaba, lo cierto es que quedará más como una anécdota, un modelo de producción limitada, que como un verdadero pilar fundamental para Aston Martin. El DB12, como así lo llamamos por ahora y de manera no oficial, no competirá con el DB11 aunque a priori cuente con un motor de prestaciones similares, sino que más bien se asemejará a los principales superdeportivos de este segmento, como el Lamborghini Huracán, McLaren 720S, o Ferrari 488 GTB. De espectro de ventas mucho más amplio, será un baby Valkyrie con todas las de la ley.
Más allá, el Aston Martin DBX será el otro pilar fundamental de la marca británica. El DBX será un todoterreno que ya conocimos en forma de prototipo y que se asemeja a medio camino entre un coupé deportivo y un crossover tipo Audi A6 all-road. Será interesante ver cómo Aston Martin se desenvuelve en este concepto, porque parece claro que en términos de lujo y capacidades fuera de asfalto, no habremos visto nada igual.