No son muchas las marcas en el mercado que realmente ofrezcan a través de su división deportiva (o un preparador muy ligada a ella) una serie de «chucherías» con las que poder preparar nuestro vehículo más allá de cuatro aditamientos estéticos.
En este caso, BMW a través de su división M Performance ha decidido dotar de un amplio surtido de componentes a una de sus bestias recién llegadas, el M2.
¿Quieres hacer más ruido y sentir una ligera mejora de prestaciones? No te preocupes, con el sistema de escape M Performance puedes hacerlo, y si te preocupa que pueda resultarte incómodo en trayectos de larga distancia, tenemos buenas noticias: está dotado de una serie de mariposas regulables por Bluetooth con dos modos de funcionamiento: Sport y Track, siendo este último, naturalmente, el más ruidoso. La cola final puede escogerse con 80 mm o 93 mm de diámetro.
En lo que concierne al tren de rodaje, existe una opción más deportiva que la de serie formada por unas roscadas ajustables con 16 niveles de rebote distintos y 12 niveles de precarga, rebajando la altura libre en 5 mm y pudiendo llegar a rebajarse hasta 20mm.
Para mejorar la efectividad de los frenos, también encontramos unas pastillas con un compuesto más enfocado a circuito para soportar mejor una conducción más deportiva y exigente sin desfallecer.
Finalmente, en el apartado estético tenemos disponibles varios elementos en fibra de carbono (CFRP) como el difusor trasero, carcasas de los retrovisores laterales o un alerón trasero. Según BMW, la instalación de estos componentes de la carrocería no supone únicamente una ligera reducción de peso, sino también una mejora aerodinámica.