¿Estás listo para ver preparaciones sobre la base del BMW M5 (F30)? Poco a poco comienzan a llegar y los resultados son más espectaculares que nunca, ya que las posibilidades que ofrece la nueva tracción integral no tienen parangón respecto a sus antecesores a la hora de poder transmitir y canalizar debidamente la potencia al asfalto.
G-Power ha sido la última en subirse al carro con la superberlina bávara, y sobre el bloque V8 de 4.4 litros de casa ha logrado a través del ‘Stage 1’ extraer 100 CV adicionales mediante una reprogramación electrónica, que bien puede hacerse reemplazando el mapa original o en su defecto, con una centralita adicional que podremos conectar y desconectar bajo demanda.
Si nos vamos ya al ‘Stage 2’, la potencia aumenta a 750 CV y 920 Nm de par, donde se combina la electrónica y unas downpipes menos restrictivas en el escape. Y finalmente, el ‘Stage 3’, que suma a todo lo anterior un escape de titanio con cuatro salidas de 100 mm con las colas acabadas en carbono/titanio y que eleva su potencia hasta unos espectaculares 800 CV y 980 Nm de par.
En esta última configuración, tan sólo requiere de 2,9 segundos para alcanzar los 100 km/h y lograr una velocidad máxima de 335 km/h. No está nada mal si tenemos en cuenta que de serie necesita 3,4 segundos y 305 km/h de velocidad máxima -si optamos por el paquete M Driver’s Package-.
Estéticamente no se han introducido cambios drásticos, más allá de unas llantas de 21 pulgadas de doble radio, además de un capó Venturi RR realizado íntegramente en fibra de carbono que no sólo reduce el peso, sino que además mejora notablemente la ventilación del vano motor, un hecho necesario si le vamos a exigir mucha más potencia al conjunto.