Que BMW quiere ir a por todas con la nueva generación del Z4 no es nada nuevo. Llevamos varios años hablando e informando acerca de los proyectos que la marca bávara tiene en mente y a estas alturas, parece que la mayor parte del trabajo ya está hecho. BMW distanciará su proyecto respecto al Toyota Supra, y se llame finalmente Z5 o no, lo que está claro es que el BMW Z4 como tal marcará distancias con el modelo que reemplazará.
Viendo el panorama actual, los de Múnich buscan una reestructuración de parte de su gama de modelos y esto es algo que llevamos viendo desde años atrás. El proyecto del nuevo Z4 pasa por dar un giro radical al presente roadster con el principal objetivo de conseguir un repunte en ventas y de relanzar un modelo que durante la última década ha ido desinflándose hasta copar un cupo de ventas reducido. El giro hacia una mayor deportividad, más dinamismo, y la más que posible puesta en escena de una variante coupé -tal y como vimos con el Z3 Coupé a finales de los noventa-, serán puntos clave en la evolución del roadster alemán.
No obstante, cabe destacar que en principio no veremos una variante full M, es decir, no habrá un Z4 M ya que en principio la marca bávara apostará por una gama de motorizaciones dinámica y que vaya en conjunto con equipamiento y niveles de calidad premium, sin llegar a extremos de deportividad. Quizás un trato forzado con Toyota para no llegar a competir frente a frente con el nuevo Supra, y puede que una decisión acertada si tenemos en cuenta que el Z4 más potente portará un 6 cilindros en línea y superará los 340 caballos de potencia. Puede que esto sea un indicio por otra parte de que, más allá de los 400 caballos, será terreno del japonés.