BMW tiene grandes planes para la actual generación de su roadster por excelencia, y es que tal y como viene el mercado, el hecho de hablar de motores más pequeños incluso para los roadsters más galardonados del mercado premium, es ya una realidad.
Concretamente los bávaros tienen en mente instalar en su nuevo biplaza un motor de 4 cilindros turboalimentado como propulsor estándar del BMW Z4, tanto en el mercado europeo como en el estadounidense. De esta manera, el sDrive23i desaparecería o al menos, dejaría de tener un 6 cilindros en línea, dando en este modelo un total de 204 caballos.
Ahora bien, ¿cuál sería el resultado? Se traduciría en una potencia igual o mayor, junto a unos consumos y emisiones mucho más reducidos en su totalidad, además de una mayor respuesta y en general, una puesta en el mercado más atractiva de cara a los tiempos que corren.
Vía: Autoblog