Brabham es una firma dedicada al mundo de la competición, por lo que si no sigues de cerca dicho mundo, es posible que ni tan siquiera te suene. La cuestión es que ahora son protagonistas gracias al lanzamiento de un modelo que les sirve para estrenarse como fabricante de vehículos. Se trata, para más señas, del Brabham BT62.
El Brabham BT62 es un superdeportivo desarrollado para circuito (olvídate de poder circular con él por la calle… aunque siempre habrá alguien que trate de homologarlo para que circule por la vía pública como con el caso del Porsche 917K). Gracias a las cifras que pone sobre la mesa, como son sus 972 kilogramos de peso y un motor V8 atmosférico de 5.4 litros colocado en posición central con 700 CV y 667 Nm de par, este coche asegura no sólo unas prestaciones de infarto, sino una eficacia sin parangón sobre la pista. La entrega de potencia se realiza al eje trasero y está controlada por una transmisión secuencial fabricada por Holinger con levas tras el volante.
Además, debido a su enfoque, su aerodinámica ha recibido especial atención, y en este caso, puede ejercer hasta 1.200 kg de carga a altas velocidades. Aunque eso sí, no se ha dejado de lado tampoco el sistema de frenado, con frenos Brembo de carbono con pinzas de seis pistones que van instalados tras unas llantas de aleación de 18 pulgadas.
Ya en su interior, lo que nos encontramos es un ambiente puramente de competición, con fibra de carbono abundante junto con tejido Alcantara y un volante dotado de un amplio número de control de funciones como suele ser habitual en los vehículos de competición. No faltan tampoco los baquets con arneses de seguridad y pedalier ajustable.
Su precio, como te podrás hacer una idea, es cuanto menos prohitivo: un millón de libras esterlinas antes de impuestos (aproximadamente 1,13 millones de euros al tipo de cambio actual). Se esperan producir tan sólo 70 unidades, así que la exclusividad está más que asegurada.