El Bugatti Veyron lleva prácticamente diez años en el mercado, una década completa en la que hemos descubierto el que durante mucho tiempo fue, y en cierta medida sigue siendo, el coche de producción más rápido del mundo. Mucho ha quedado desde aquel legendario e inicial Veyron 16.4, pasando por todas las versiones y variantes… hasta llegar a las 450 unidades construidas.
La firma franco-italiana ya confirmó a finales del pasado año 2014 que sólo quedaban 8 unidades por construir y que ya estaban todas vendidas, cerrando el cupo de las 450 unidades en total. Un hito que marca el prinicpio del fin del Veyron como tal, allanando el camino hacia el esperadísimo sucesor que de una manera u otra, dejará muy atrás al Veyron actual. Hoy Bugatti da un paso más allá y confirma que en el Salón del Automóvil de Ginebra, veremos el ocaso del superdeportivo franco-italiano.
El adiós definitivo
A lo largo de estos años, Bugatti ha ido presentando renovadas versiones del Veyron que han ido mejorando las prestaciones y las expectativas, incluyendo el Grand Sport, el Super Sport y todas las ediciones finales y limitadas que incluyen más de 1.200 caballos de potencia. Lo que vamos a ver en Suiza es por ahora una incógnita, pero viendo que ha marcado un antes y un después en la marca y prácticamente en la historia de los deportivos de alto calibre, las expectativas las podemos tener muy, muy altas.
Este último one-off de la marca marcará el anticipo del sucesor del Veyron, que cambiará de nombre y también de aspecto y diseño. Podrá ser híbrido, y desde la propia marca europea ya afirman que el listón está muy, muy alto… quizás demasiado.
