Era de esperar que, ante la presentación de ese Bugatti Veyron 16.4 Grand Sport Vitesse que la marca francesa presentó en Pebble Beach, una golosa unidad única de un vehículo más que exclusivo, muchos fueran los que se frotasen las manos ante la posibilidad de poder poseerlo. Fuera de todo esto no entraremos en tema de especulaciones ni temas por el estilo.
Sea como fuere, un vehículo que en un principio tenía un precio más que prohibitivo, situado sobre los 2.5 millones de dólares, algo menos de 2 millones de euros al cambio, ya tiene dueño aunque, como es lógico, no ha sido identificado. Lo curioso de todo es el sobreprecio por esta unidad exclusiva ya que el Vitesse normal tiene un precio situado sobre los 2.2 millones de dólares.
Como bien sabes, el modelo en poco o nada se diferencia precisamente del modelo antes mencionado salvo por la pintura, exclusiva y destinada a homenajear el Bugatti Type 37A de 1928 ya que, en cuanto a mecánica ambos siguen contando con el enorme W16 que, gracias a sus enormes cuatro turbos es capaz de ofrecer una potencia máxima de 1.200 caballos
Ahora bien… ¿cómo alguien en los tiempos que corren puede gastar semejante cantidad de dinero? Creo que la respuesta es fácil, hasta la fecha Bugatti ha vendido poco más de 300 unidades y curiosamente ninguno de ellos ha sufrido a penas depreciación en el mercado de segunda mano para las ediciones especiales. Por otro lado, seguramente en un futuro el modelo será recordado como uno de los superdeportivos más extraordinarios de su época y precisamente el Vitesse es una edición limitada de este modelo.
Debido a esto no creo que si, pasados unos cuantos años, este mismo modelo vuelve a Pebble Beach pero, en vez de como modelo nuevo a la subasta organizada año tras año por RM Auction y consigue superar incluso esos 2.5 millones de dólares que acaba de desembolsar su primer propietario.
Vía: autoblog