¿Te habías imaginado alguna vez que los constructores emplearan botellas recicladas como pavimento para la construcción de carreteras? En Holanda podría ser una realidad gracias al constructor VolkwerWessels que planea hacerlo en un plazo de tres años en las calles de Rotterdam (Holanda).
Muchas son las ventajas respecto al asfalto
Aunque no lo parezca, a priori, la construcción de carreteras con este material cuenta con múltiples ventajas. La primera de ellas es la de la sostenibilidad, ya que supone un impacto menos agresivo contra el medio ambiente, entre otras cosas porque el material es mucho más ligero y no requiere de tanto carburante para su distribución. Precisamente por su ligereza, permite también una carga más liviana sobre el suelo que repercute en un mayor espacio para la instalación de tuberías y cables.
Pero también hay otros beneficios tangibles, como el hecho de que resiste mejor las temperaturas extremas (de entre -40 y 80 grados) y además cuenta con un menor mantenimiento que el asfalto convencional (su duración es tres veces mayor).
¿Cómo se construye?
Para su elaboración, el plástico se transformaría en bloques pre-fabricados que únicamente requerirían ser desplazados e instalados en el sitio y montados uno tras otro (por tanto, no es necesario construir en el mismo lugar donde pasa la carretera), encajándose entre sí. La superficie del bloque es sólida, y el interior del mismo es hueco y es por donde pasarían las tuberías, instalaciones eléctricas y cables varios.
Es conceptual, pero viable
Aún no se ha llevado a cabo y se trata únicamente sobre una idea hecha en papel, pero van a comenzar ahora a realizar todas las pruebas pertinentes en laboratorio para exponerlo a todas las condiciones climatológicas posibles para posteriormente, en el periodo de tres años poder tener la primera vía 100% reciclada.
¿Serán estas las carreteras del futuro?
