Me gustan los coches americanos, sobre todo los que llevan un buen motor V8 con un sonido celestial insustituible. Y también me gusta de los americanos que tienen muchisima más cultura automovilistica que nosotros. Allí hasta los curas conocen nociones básicas de mecánica. Me gusta el espíritu que tienen las concentraciones de coches, el mantenimiento de los clásicos, etc.
En una de estas concentraciones, en Lewiston, Michigan, se ha podido ver lo que para mi ha sido unos de los mejores burnouts. Es una de estas situaciones que intentas repetir muchas veces y no lo logras, porque ocurre una vez en la vida con tanta perfección y espectáculo. El protagonista y el dueño del coche se llama Mike Proctor. El coche es un Chevrolet Impala de 1964, con un rugido V8 de los buenos. No se que motor lleva el del vídeo, pero los que montaba ese modelo original eran desde 4.6l y 170cv hasta 6.7l y 425cv, pasando por varias escalas de potencia intermedias.
Escuchalo:
Me recuerda a esto: