Hace poco pudimos ver cómo Citroën suprimía el C4 de una manera bastante sigilosa de su gama. ¿El motivo? Que las ventas del modelo ya eran muy bajas y no salía rentable continuar con su producción. La firma gala propuso una alternativa a esa marcha del modelo en forma de un C4 Cactus revisado, haciéndolo algo más conservador, pero para muchos, no resulta suficiente para posicionarse como un relevo ‘digno’ del compacto que en su día sucediera al Xsara, entre otras cosas por su enfoque crossover.
Recientemente, la CEO de la compañía Linda Jackson comentó en una entrevista a AutoExpress que el C4 Cactus es tan sólo un modelo transicional dentro del segmento C y que quieren devolver un modelo que vaya vertebrado dentro de él con todas las características habituales que esperamos, aunque posiblemente algo más rompedor que a lo que nos tenían acostumbrados hasta la fecha. No quiere decir esto que el C4 Cactus vaya a pasar a mejor vida, sino que simplemente su objetivo no va a ser el de ser un modelo transicional como sucede ahora.
El último Citroën C4 que conocimos en el mercado aterrizó en el año 2010 y recibió un lavado de cara cuatro años después. Debido al enclave en el que llegó, no se pudo nutrir de mucha de la tecnología de nueva factura del grupo de la que sí hizo uso la actual generación del Peugeot 308 que llegó en 2013 (el C4 compartía tecnología con la primera generación del modelo).
Es por ello que la nueva iteración del C4 que veamos en este caso sí que compartirá ya tecnología con el 308 coetáneo que releve a la actual generación, encontrándonos la misma plataforma y motores, permitiendo así al grupo reducir considerablemente los costes de I+D a la hora de llevar a cabo ambos modelos. Eso sí, paciencia. No veremos esta nueva generación hasta comienzos de la próxima década, coincidiendo con la llegada también del relevo del 308.