La batería es un elemento importante del coche de cara a si queremos depositar confianza plena en términos de fiabilidad en él. De ella, depende que en el momento más inesperado podamos quedarnos sin arrancar nuestro coche y tengamos que tirar del servicio de grúa o de favores de algún amigo y nos chafe el día. Pero… ¿cómo evitar este tipo de situaciones?
Para ello, deberemos tener una serie de cuidados con nuestra batería a fin de poder tenerla en condiciones óptimas y alargar al máximo posible su vida. Aunque como todo, hay excepciones, normalmente una batería hoy en día suele durar en torno a los 5-7 años de media. Su reemplazo suele ser sencillo, y su coste también variará en función de las características de nuestro vehículo. Por ejemplo, si cuenta con sistema Stop&Start (un importante número de los vehículos de nueva hornada lo incluyen), su coste será considerablemente más caro que el de una batería convencional.
Lo que si que es algo común a casi todas las baterías actuales de coches es que no requieren mantenimiento, mientras que las que requieren mantenimiento necesitan de agua destilada o electrolito. Por tanto, si nuestra batería requiere mantenimiento tendremos que estar verificando sus valores de forma periódica (cada 2-3 meses) con el fin de alargar su vida útil.
¿Cómo comprobamos el estado de nuestra batería?
A continuación, vamos a detallar las comprobaciones visuales más comunes y sencillas para saber que nuestra batería está en buena forma:
– Los cables de nuestro vehículo que van a la batería deben estar con los aislantes en buenas condiciones y no tienen que tener aspecto de estar resecos/oxidados. Si es así, deberemos actuar en consecuencia.
– Los bornes o terminales de la batería no tienen que presentar acumulación de sulfato o óxido. En caso de presentarlo, los limpiaremos con un cepillo alambre.
– Nos aseguraremos que los terminales de la batería estén apretados firmementes con los bornes.
– La carcasa de la batería no tiene que presentar grietas no tampoco estar hinchada o rota. Si es así, tendremos que reemplazarla.
– Nos aseguraremos también que la batería esté correctamente fijada al vano/maletero, mediante el sistema de sujección que nos ofrece el fabricante del vehículo. En caso de que este sistema esté deteriorado, tenemos dos opciones: o vamos a la casa para comprar el recambio necesario para sustituirlo o podemos orquestar un sistema de sujección sencillo mediante varillas.
– Comprobaremos que la batería no presenta pérdidas de electrólito ni en los vasos, carcasa ni tapa.
¿Qué otras consideraciones tener en cuenta cuando no funciona correctamente?
Además de todos los puntos de inspección anteriormente mencionados, también es importante conocer la carga de la misma. Para ello, tenemos dos opciones: o que nos revisen la carga en un taller (generalmente no nos deberían cobrar, puesto que es algo que no requiere más de un minuto), la otra opción es comprar un medidor de carga (en torno a los 15-20 euros) y comprobar nosotros mismos que el voltaje de la batería está situado por encima de los 12,5 voltios. Esto ya nos pueden aproximar mejor al origen del problema.
En caso de que sea nuestro alternador el que esté fallando, generalmente en el cuadro de nuestro vehículo se nos encenderá el testigo indicándonos
Si la batería de nuestro coche nos dura pocos días antes de descargarse, es posible que tengamos un consumo fantasma (como una luz encendida que no veamos a simple vista), por ello, es conveniente revisar que no se quede ninguna luz encendida antes de proceder a ir a un taller a diagnosticar mejor la avería.
Me he quedado tirado sin batería, ¿qué puedo hacer?
Es algo que puede pasarnos y no necesariamente la batería tiene que estar en mal estado, bien puede suceder porque nos quedemos con el coche parado escuchando la radio durante un rato largo o porque simplemente nos hayamos dejado alguna luz encendida. Tenemos varias opciones:
– Llamar a la grúa: Mediante nuestro seguro, podremos recurrir a la asistencia en carretera y el gruista nos puede ofrecer más opciones como reemplazar la batería en el acto (si bien es una operación cara) o probar a arrancar el coche mediante un arrancador.
– Con un arrancador autónomo: Existen arrancadores de baterías cuyo precio ronda los 100 euros que nos permitirán arrancar el coche cuando nos hayamos quedado con la batería descargada. Generalmente suelen ser los que llevan los gruistas o vehículos de asistencia.
– Con pinzas: la opción más típica. Necesitaremos otro coche que aparque al lado de nosotros, y conectaremos los bornes positivos entre ambas baterías (cable de color rojo) y posteriormente los bornes negativos (cable negro) también entre sí. Finalmente, arrancaremos el coche que nos ha venido a asistir y finalmente arrancaremos nuestro vehículo. Eso sí, no detengas tu vehículo en ese momento, es aconsejable moverlo durante algunos minutos para que el alternador vuelva a cargar la batería nuevamente.