Resultaba chocante que a estas alturas, una marca con tanta experiencia en el campo de los todocaminos como es SsangYong (y más de 61 años fabricando coches), aún no tuviera en su gama un b-SUV pensado por y para Europa con el que poder rivalizar con todos esos modelos que han ido emergiendo por parte de todo tipo de marcas para atender la demanda cada vez más emergente. Quédate con estos datos: cuatro años de desarrollo, tres prototipos hasta llegar a esta versión de producción que ves aquí y 280 millones de euros invertidos en el proyecto.
Ahora sí, podemos continuar.
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Diseño
Posiblemente, sea uno de los aspectos que más te haya sorprendido. Uno de los aspectos que más se le ha criticado tradicionalmente a los modelos de SsangYong es su diseño, quizá demasiado orientados a los gustos orientales y no tanto a los europeos. Con el Tivoli lo han enfocado hacia un aspecto mucho más jovial, en el que se emplean soluciones como la pintura bitono, parrilla delantera de color negro piano a contraste acompañando también a los pilares o incluso otros detalles que tampoco pasan desapercibido como su techo flotante y la generosidad de sus pasos de rueda, cuyos nervios quedan patentes incluso en la vista de perfil.
Habitáculo
Aunque por el protagonismo que toma su aspecto exterior, lógico es pensar que se han tenido que mermar algunas de las capacidades de su habitáculo en términos de habitabilidad, nada más lejos de la realidad.
Partimos de la base de que dentro del segmento, es en la actualidad el modelo con más capacidad de maletero, al contar con nada menos que 423 litros, ampliables hasta 1115 litros si abatimos la banqueta posterior. Está entre uno de los referentes en espacio para pasajeros, tanto en espacio para hombros, espacio para cabeza y piernas delanteras, así como piernas traseras. También se ha pensado mucho en la practicidad de los ocupantes, y los diseñadores e ingenieros de SsangYong han introducido numerosos huecos para dejar objetos dentro de él.
Además de algunos típicos como el portagafas en el plafón superior o una bandeja bajo la consola central (con una superficie de goma que se puede tirar para limpiarla fácilmente), en los paneles de puertas hay un hueco para botellas, pudiendo meter hasta un total de 6 entre todas las puertas, además de una guantera semiabierta que nos permite guardar por ejemplo una tablet de 10 pulgadas. También nos ha sorprendido la enorme capacidad de la guantera convencional donde guardamos la documentación, en la que perfectamente podemos almacenar un portátil de 13 pulgadas. En el lado del salpicadero del pasajero también encontramos un hueco de gran tamaño, que nos recuerda a los bolsillos típicos de los paneles de las puertas donde podremos depositar también numerosos objetos.
En términos de vistosidad, como puedes ver, el interior en términos generales resulta bastante vistoso. Encontramos plásticos mullidos y agradables al tacto, aunque algunos dejan algo que desear, como ciertos plásticos de los paneles de puerta o la ergonomía de los botones de la consola central, donde resulta difícil acostumbrarse a su funcionamiento (por ejemplo, para variar el tacto de la dirección, donde había que realizar dos pulsaciones pero incluso realizándolas no siempre se cambiaba).
El cuadro de relojes cuenta con dos esferas enfocadas a su lectura exclusiva por parte del conductor, contando entre ellas con un display para el ordenador de a bordo. Cabe destacar que en acabados superiores, la iluminación del cuadro se puede variar entre seis colores diferentes (blanco, amarillo, negro, rojo, verde y azul) para adaptarlo más a nuestros gustos.
Los asientos del Tivoli me han parecido bastante comfortables (y con un diseño atractivo), ya que han sabido aunar tanto un buen agarre lateral como una ergonomía muy acertada. De hecho, en su país natal ha recibido un premio a su ergonomía, por lo que no es sólo una percepción mía. Lo que ya resulta más de dudoso gusto son los cables flexibles situados en los respaldos de los asientos para dejar objetos que no sean voluminosos dentro de ellos, como revistas.
Se nota también un mayor refinamiento y enfoque hacia el cliente europeo en detalles como los asideros del techo con amortiguación para que vuelvan más lentamente a su lugar. Ese refinamiento del que hasta hace no mucho carecían los vehículos de esta firma en sus interiores.
Mecánica
Por el momento, en su desembarco inicial sólo hay un único propulsor: el 1.6 e-XGI de gasolina con distribución variable. Emplea inyección directa, es atmosférico y cuenta con una potencia de 128 CV con un par máximo de 160 Nm. Sólo estará disponible con una caja manual de seis velocidades y tracción sencilla a las ruedas delanteras. Lo poco que hemos podido probarlo en esta toma de contacto, nos ha resultado una motorización de consumos bastante contenidos, aún pese a no recurrir a la sobrealimentación ni al downsizing.
El diésel que llegará en Septiembre cuenta también con una cilindrada de 1.6 litros con tecnología common rail, entregando 115 CV, y en este caso sí que estará disponible con caja manual de seis velocidades y en opción con una automática fabricada por Aisin con tres modos de funcionamiento. También, en esta motorización hay una opción para montar 4×4 con bloqueo conectable entre los ejes, si bien, supone un sobrepeso de 100 kg, así como un sobrecoste de 2.000 euros, y que supone también la incorporación de suspensión trasera multibrazo, reemplazando al eje torsional de los 4×2, algo que le hace prescindir de la rueda de repuesto por el espacio que ‘roba’ al piso.
Equipamiento
Desde el acabado básico Line, encontraremos ya 6 airbags, dirección asistida, cuatro elevalunas eléctricos, Bluetooth, puerto USB, ordenador de a bordo, control de crucero, llantas de aleación de 16 pulgadas, cierre centralizado, espejos regulables eléctricos así como las ayudas electrónicas habituales ESP, ABD, EBD.
El acabado Premium suma: llantas de aleación de 16 pulgadas, alerón trasero, cristales tintados, faros antiniebla, sensor de aparcamiento delantero y trasero, llave plegable, tapicería mixta tela/cuero y alarma.
Finalmente, el Limited suma a todo lo anterior: navegador, pantalla táctil de 7 pulgadas, cámara de visión trasera, airbag de rodilla, volante y pomo en piel, climatizador bizona, sensor de luz y lluvia, paquete bitono, llantas de aleación de 18 pulgadas, escobillas «aeroblade».
Hay que tener en cuenta que en función de la tracción o la caja de cambios elegida, también hay variaciones en el equipamiento, algo que hace mucho más compleja la gama a priori. Por cierto, el navegador es desarrollado por TomTom, por lo que además de poder contar con actualizaciones durante muchos años, también resulta bastante rápido e intuitivo, con el único pero de que tiene poca conexión con otros elementos del coche, a fin de poder realizar ajustes desde él.
Comportamiento
Aunque las unidades que probamos tenían poco más de mil kilómetros (y ya sabes que en un atmosférico el rodaje es aún más vital para poder revitalizar sus prestaciones), lo cierto es que algo que no nos gustó fue la lentitud a la hora de realizar recuperaciones, donde tenías que estar constantemente jugando con la caja de cambios. Aquellos que quieran más brío en recuperaciones, tendrán que optar por la mecánica diésel que seguramente en este aspecto sea mucho más interesante.
Como contrapartida, esta mecánica ofrece un bajo nivel sonoro y de vibraciones, algo que se combina con el gran trabajo en materia de insonorización hecho por la firma surcoreana en su habitáculo, al incorporar numerosos materiales aislantes en bajos, techo y pilares, mitigando de esta forma ruidos aerodinámicos además de las vibraciones más habituales.
Un punto también positivo es la puesta a punto de la suspensión. Tratándose de un SsangYong, íbamos ya con predisposición a encontrarnos un conjunto muelle-amortiguador tirando a demasiado confortable y que esto hiciera merma en su comportamiento dinámico. Sorprendinos nos quedamos al ver cómo se había optado por una configuración mucho más firme que evidentemente penaliza a la hora de pasar por firmes en un estado que deje que desear o badenes, pero que encaja mejor dentro de los gustos europeos.
Otro aspecto que también nos gustó bastante es la dirección, no es de las más informativas, pero a cambio se nos ofrece una dirección que puede ser ajustada a petición dle conductor con tres modos diferentes: Comfort, Normal y Sport, siendo este último el modo más enfocado para enlazar curvas.
Contacto: SsanYong Tivoli
Gente mucho CUIDADO. Nunca vayan con De Bello Van si quisieran arreglar o tunear su coche, son un verdadero fraude. Lamentablemente a mi me vieron la cara y no estaría chido que siguieran robando. Tu coche te lo entregan tiempo después de lo acordado con pretextos sin sentido y cuando te lo entregan de verdad ya no es el mismo y el trabajo que hacen es horrible. Mucho cuidado