A lo largo de este año, hemos conocido en profundidad el Corvette más potente y rápido jamás fabricado por General Motors y Chevrolet. El Corvette ZR1 aporta todo lo que soñábamos en un auténtico coupé deportivo estadounidense de motor delantero y tracción trasera, pero parece que tanta generosidad viene de la mano de una gran culminación. Porque el Corvette tal y como lo conocemos está muy cerca de recibir una renovación en profundidad, y será antes de lo que pensábamos.
General Motors tiene ya a medio camino el desarrollo del sucesor del actual C7 Stingray. El Corvette C8 tomará las riendas como un deportivo de altos vuelos y portará la esperada configuración de motor central-trasero. Este cambio viene dando muchísimo que hablar durante estos últimos años, y no es para menos ya que cambiará por completo la filosofía tradicional del ‘Vette. Sin embargo, son cambios y mejoras que se hacen obvias en la búsqueda de competir al máximo nivel con los rivales europeos más directos, y para que el trago no sea tan radical, General Motors jugará una carta interesante.
Ambos modelos, tanto el C7 Stingray como el C8, convivirán al menos un par de años en el mercado. Será el camino a tomar por GM para que los clientes y clientes potenciales puedan tener un tiempo de adaptación y comprobar hasta qué punto es plausible para ellos el gran cambio evolutivo. La continuidad del C7 será hasta principios de la próxima década, mientras que el C8 está previsto que llegue antes de que finalice el presente lustro. El Corvette de motor central trasero estará constituido únicamente por motores V8, al menos en dos cilindradas diferentes y la potencia máxima del más costoso superará los 800 caballos. ¿La respuesta idóndea para competir con el McLaren 720S? Por supuesto que sí.