El Gran Premio de Malasia nos dejó muchas más sorpresas de lo esperado. Lejos de un gran rendimiento de Kimi Räikkönen y su Lotus, Red Bull Racing dominó las dos primeras posiciones por parte de Sebastian Vettel y Mark Webber, respectivamente. Un resultado que, sin haber visto la carrera, puede parecer incluso claro y conciso, pero…
…no ha sido así. El Gran Premio de Malasia se ha traducido en prácticamente un probable inicio de una crisis interna en la escudería de las bebidas energéticas. ¿Por que? Después de todo, el domingo pasado quedó claro que al menos en ocasiones, no funcionan como un equipo. En absoluto.
Como seguramente recordarás, Red Bull ordenó a Mark Webber economizar neumáticos y combustible de cara al final de la carrera ya que la victoria del australiano estaba prácticamente asegurada. Sin embargo, Sebastian Vettel hizo caso omiso y atacó sin pudor a su compañero de equipo hasta arrebatarle el primer puesto, desobedeciendo la estrategia escrita y ordenada por parte de la escudería. El resultado fue que sin esperarlo, Mark Webber perdió la victoria cuando teóricamente, Red Bull lo tenía todo controlado.
Desde la escudería han confirmado que han abierto un debate «interno» para tratar de zanjar el asunto. Sebastian Vettel ya se ha disculpado, e incluso diversas casas de apuesta han devuelto el dinero perdido a los que apostaron por la victoria de Mark Webber. Sin embargo, ¿es suficiente?