Viéndolo por encima podría pasar perfectamente desaparecibido por un Porsche 911 Turbo, ¿Cierto? En el fondo es un Opel Calibra convertido a un Porsche 911 Turbo, algo más que un quiero y no puedo.
Salvando algunos detalles evidentes como las ventanas laterales, podemos decir que es un trabajo muy bien hecho, y con muchas, muchas horas de trabajo en él. ¿Lo haría el genio que lo hizo por amor al arte, o porque de verdad quería un 911 y no le llegaba el dinero? A menos que no le concedan una entrevista en alguna revista de sucesos extraordinarios, podemos decir que no tenemos ni idea de el porqué de este Cali911.
Del motor tampoco sabemos nada, eso sí, esperemos que esté basado -¡Al menos!- en el motor que llevaba el todopoderoso Calibra 4×4, aquel de 2 litros y 204 caballos.
Sería interesante ver si el dueño lo vende, y si es así, por cuánto. ¿Qué valdrá más, un 911 de segunda mano original o esta obra de arte concedida gracias al increíble aburrimiento de alguien?
Vía: Autoblog.it