Aunque ya sabíamos de antemano que iba a estar a un precio prohibitivo, las amplias expectativas de que un prototipo como el Renault Clio R.S. 16 Concept fuera a producción nos hicieron relamernos a todos aquellos amantes del motor que disfrutamos de esos modelos carentes de toda racionalidad y pensados única y exclusivamente para el disfrute.
No es para menos, además de una estética con una apariencia claramente diferenciada de los Clio convencionales, el principal protagonista era la bomba que llevaba en su interior: un 2 litros turbo de 275 CV procedente del Mégane Trophy, que a su vez, ha sido también el principal dolor de cabeza para los ingenieros de Renault de cara a lograr introducirlo en el vano motor del modelo, con todas las profundas modificaciones que se tuvieron que realizar para darle cabida. Además, estaba dotado de caja manual, a diferencia de su hermano pequeño que sólo está disponible con caja de cambios de doble embrague.
La puesta a punto era bastante radical, prescindiendo de asientos traseros y sistema de climatización para ahorrar peso, así como dotándolo de unos baquets ligeros, arneses de seis puntos o un sistema de escape firmado por Akrapovic, contando además con un alerón procedente de la Clio Cup con el que genera hasta 40 kg de downforce al circular a 200 km/h, llantas de 19 pulgadas, carrocería considerablemente ensanchada (60 mm más, para más señas).
Pero la pregunta es y volviendo al titular que ha generado tu atención… ¿cómo después de la gran acogida que ha tenido entre el público por la expectación generada y un claro interés por llevarlo a producción, Renault decide cancelarlo? Básicamente, porque su producción se realizaría en Dieppe, pero allí ya se produce el Clio R.S., Clio Cup y donde también se fabricará el nuevo Alpine, que es un modelo más importante y prioritario que el que ocupa estas líneas. Y básicamente, no quieren poner en peligro ni retrasar aún más la producción del Alpine en favor de éste, y parece ser, que después de haber estudiado concienzudamente la decisión, lo más razonable ha sido cancelar su producción.
