Recaro es una marca mundialmente conocida. Y no sólo por firmar los asientos deportivos de muchos vehículos (incluyendo vehículos de competición), sino porque además también son los suministradores de asientos de aviones e incluso de los asientos de los banquillos en los estadios de fútbol.
Pero aún con esa diversificación dentro del mundo de los asientos y contra todo pronóstico, Recaro ha tenido que declararse en quiebra y son los administradores judiciales los que ahora están gestionando la dirección de Recaro, que actualmente cuenta con 215 empleados.
Desde el sindicato IG-Metall esperan poder agotar todas las opciones para garantizar los puestos de trabajo, pero a su vez, el Comité de Empresa mostró su decepción porque se aplazaron subidas de salario en la plantilla para poder favorecer la estabilidad económica de la compañía para finalmente acabar en esta situación.
Lo más preocupante y que no habla tampoco bien de la situación en la industria automovilística alemana es que BBS ha vuelto a solicitar el concurso de acreedores ante el Tribunal de Distrito de Rottweil, tras haberse declarado insolventes en múltiples ocasiones anteriores (2007, 2010, 2020 y 2023).
BBS no pagó las nóminas de sus empleados en Mayo y Junio, por lo que la situación ya comenzó algún tiempo atrás a mostrar los problemas de la compañía. Y al igual que sucede como con Recaro, se trata de una compañía con mucha historia, que ha producido alguno de los diseños más icónicos como las RS de tres piezas que tan populares fueron en los años 80 y 90.
Pero… ¿qué ha llevado a estas compañías a esta situación? son diferentes los motivos, y algunos de ellos pasan incluso por las empresas que se dedican a hacer réplicas de sus productos a un precio muy inferior (con una calidad también muy inferior), además de otros cambios de tendencia en el mundo del motor.