Dentro de la gran campaña de cambio que está llevando a cabo el grupo PSA para los próximos años, se ha confirmado de boca del máximo responsable del grupo, Carlos Tavares, que la hasta ahora división de lujo de Citroën, DS, se convertirá en marca independiente a partir del año que viene, y dejará de lucir los chevrones en su frontal.
La meta no es otra que la de intentar competir en un plazo de cinco años al nivel de las marcas Premuim alemanas, con productos exclusivos y de calidad capaces de convencer a una clientela que hasta ahora no han conseguido atraer bajo el sello de Citroën. Esta decisión significa que desde el momento de su división, ambas marcas tendrán distintos estándares en diseño, ingeniería y fabricación. Las dos marcas seguirán compartiendo las redes de distribución y comercialización, aunque en espacios separados y diferenciados.
DS quiere ser un competidor de Audi en 2020
En los próximos años, veremos como la gama de DS se multiplica, pasando de los tres modelos actuales a seis, que podrían incluir una berlina de lujo, un SUV, y un modelo urbano para competir con el Mini. A corto plazo la apuesta es el Divine DS, que sirve como pista para ir haciéndonos una idea de las futuras características de DS: diseño, tecnología y refinamiento.
Según Tavares, este movimiento es una estrategia a largo plazo, por lo que hay que tener paciencia mientras consiguen que la nueva marca se haga hueco entre los grandes de Europa, con una calidad a su altura, pero con el plus de unos diseños que según ellos nunca conseguirán hacer los alemanes. La intención no es conseguir las cifras de venta abrumadoras, sino conseguir un modo de diseño y fabricación que les permita conseguir grandes beneficios con cada unidad vendida. ¿lo conseguirán?
